Conservadora

En la eliminación de caries, el láser elimina únicamente la parte infectada de la superficie dental sin afectar el tejido sano circundante. El tejido se elimina micra a micra, lo que permite un máximo control operativo sobre el área de intervención. El láser vaporiza la caries y la reduce a polvo fino, que el odontólogo puede eliminar fácilmente sin utilizar instrumentos más invasivos.

La ausencia de vibraciones evita la formación de microfracturas que debilitan la estructura del diente, y la selectividad de la longitud de onda del láser con el tejido objetivo evita daños en las células pulpares, garantizando una mejor conservación de los tejidos adyacentes. El efecto bactericida del láser descontamina la capa de dentina afectada, reduciendo el riesgo de futuras complicaciones.

En comparación con los métodos tradicionales de grabado ácido, el láser permite preparar el esmalte de manera óptima y controlada para tratamientos de odontología estética, como la preparación de carillas, la colocación de brackets, el sellado de fisuras y las reconstrucciones.